Tarta de Cumpleaños de Paula (1 año)

¡Y llegó el día! 

La princesita de la casa ha cumplido un añito, ¡que rápido pasa el tiempo!,  y eso que parece que fue ayer cuando la trajimos a casa por primera vez... ¡se nos está haciendo mayor!. 

Es una trastillo, pero no deja de ser una preciosidad de niña. En fin, que va decir una madre, ¿no?, que se me cae la baba sólo de pensar en ella...

Bueno, con la llegada de su cumpleaños, también llega el reto que me marqué cuando comencé esta andadura por el mundo bloguero, "Su Primera Tarta de Cumpleaños" y aquí está, ¿qué os parece?:

Cuando ya faltaba poquito para que naciera Paula, mi hermana Sabina y mi cuñado Carlos, nos regalaron el libro "¡Hola, bebé! Álbum de recuerdos de su primer año (Rachel Baines)" y nos encantó. Es un álbum que te permite ir poniendo la evolución de tu bebé mes a mes durante su primer año de vida, añadiendo fotos y los datos más característicos, como su primera comida sólida, sus primeros pasos o cuando le salió su primer diente, todo ello acompañado de unos dibujos y frases muy bonitas. ¡Vamos! ¡Una preciosidad!

Me gustaron tanto las representaciones que trae el libro que decidí decorar la habitación de Paula basándome en ellos, y acabé dibujando en la pared dos de los dibujos que traía el libro. Os pongo la foto de uno de ellos para que lo veáis:

¿Os suena de algo los muñequitos?.

Pues sí, ya que su habitación está decorada con estos lindos animalitos, decidí que su primera tarta de cumpleaños tendría que contar con la cebra, el elefante y el perrito.

Lo único es que esta vez no puse a un elefante bebé y le dí un aspecto  más cumpleañero, con la tarta, el regalo y el uno gigante.

Os pongo unas fotos de los muñequitos de más cerca para que los aprecies mejor:

El perrito con su regalo:

El elefante:

Y la cebra agarrando el número 1 de la tarta:

También os pongo una foto de la parte trasera de la tarta para que les veáis las colitas:

Nos fuimos a Gran Canaria a pasar el cumple con la familia y amigos, así que nos alquilamos un mini pisito para estar a nuestras anchas, y allí intenté ir modelando a los animalitos que iban a decorar la tarta, pero surgió el primero de mis problemillas, la "humedad". Había leído por internet que la humedad afectaba de muy mala manera al fondant y que dificultaba trabajar con esa masa, pero por mucho que me lo imaginara, no lo entendí hasta que lo viví en persona, "horroroso", se me quedaba pegado en las manos, y cuando intentaba darle forma parecía que estuviera amazando un chicle... así que al final me tuve que ir a casa de mi mami a empezar y terminar los muñequitos.

Os pongo la creación de los muñequitos. Me vais a tener que perdonar que no hiciera fotos concienzudamente  pero es que ya estaba estresada por la falta de tiempo, y éstas que os pongo se las tengo que agradecer a mis hermanas, que eran mis fotógrafas oficiales de ese día, jajaja. No paraban de decirme, ¿has hecho fotos para el blog?... ¿cómo que no?... ¡espera que te hago una!. Gracias chicas.

El elefante:

He de decir, que al final, las orejas del elefante no aguantaron el peso y por ello tuve que cortarlas un poquito, lo que hizo que se quedara una marquita en la barriga de las antiguas orejas...

La cebra:

Y el perro:

También os dejo el como hice el número y la mini tarta:

Sé que si la tarta la viera un profesional me diría que tiene muchos fallitos, ya que si yo se los veo, unos ojos expertos verían aún más, pero estoy muy contenta con el resultado final y a todos los que estaban acompañándonos ese día les pareció preciosa. Y lo mejor de todo es que les gustó el sabor, ¡uffffffff! ¡menos mal! estaba asustada con la idea de que no les gustara.

El bizcocho era un madeira sponge cake, que parece ser uno de los mejores bizcochos para poder aguantar el peso del fondant y que de sabor está muy bien, es el que he utilizado en mis cuatro tartas, ¡prometo poner la receta! y gracias Rubén por batir y batir, jejeje.

La tarta tenía tres capas de relleno, chocolate, dulce de leche y nata, y fue una muy buena combinación, puesto que a todos les gustó mucho.

Al tener nata tuve que ponerla en la nevera, además de que no concibo la idea de comerme una tarta que no esté fría, lo que hizo que pasara una noche malísima, no podía dormir, solo soñaba que el fondant se deshacía, y es que buscando por internet no paraba de leer que estas tartas no se pueden meter en la nevera. Pero no, mi experiencia es que aguanta bien, por lo menos en la nevera de mi madre, jajaja. La verdad es que antes de meterla intenté hacer una prueba para ver que sucedía con el fondant, puse un trocito en la nevera de un día para otro y estaba tal cual lo había puesto. Cuando saqué la tarta de la  nevera no se formaron gotitas ni nada de eso, aunque también tengo que reconocer que estamos en invierno y no hace tanto calor, así que tengo que seguir haciendo pruebas para poder dar una afirmación..

Bueno, sólo me queda agradecer a los abuelos, tíos, amigos y demás familiares que nos acompañaron en un día tan especial para nosotros. Os dejo una foto que me hice con la tarta (es de mala calidad porque está hecha con el móvil).

Besos, Yoly.

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