viernes, 18 de julio de 2014

Mi primer Red Velvet, ¡y no será el último!

¡Y aquí el Red Velvet que os había anunciado en algunas redes sociales! 

Una de las tartas más ricas que he probado, ¡tanto, que casi no hago las fotos del corte, porque no parábamos de comérnosla!


Hacía tiempo que quería probar el famoso Red Velvet. No paran de mencionarlo en la tele, en esos programas de tartas de boda de Divinity que me tienen tan enganchada. Me pareció que mi aprobado de Trinity era la oportunidad perfecta para hacerlo, ¡y eso hice!, así que además de las galletas de rosas de mantequilla que ya os enseñé, celebramos mi aprobado con una Red Velvet. ¿Y la verdad? Entiendo perfectamente porqué es el preferido de mucha gente, ¡está de rechupete, super rico, de chuparse los dedos, vamos, una maravilla de tarta y de sabor!, ¡y que se ha convertido en mi favorita!.


Para hacer esta tarta fui sobre seguro y utilicé la receta de Bea Roque, de su libro "El Rincón de Bea". Un libro que me trajeron los Reyes este año en casa de mis suegros y del que estoy locamente enamorada.

Aunque en un principio es una tarta que parece muy entretenida y laboriosa de hacer, lo cierto es que si disponemos de todos los ingredientes y materiales necesarios se hace en un pis pas. 



Lo que vamos a necesitar es:
  • 125 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.
  • 275 gramos de azúcar.
  • 2 huevos a temperatura ambiente.
  • 280 gramos de harina.
  • 15 gramos de cacao en polvo (yo usé de la marca valor).
  • 1 cucharadita de levadura.
  • 1 cucharadita de bicarbonato sódico.
  • 1/4 de cucharadita de sal.
  • 240 gr. de buttermilk (que compré en el Lidl).
  • 1 cucharadita de colorante rojo.
  • 1 cucharadita de vinagre blanco.
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla.
El único ingrediente que supongo que puede suponer un pequeño problemilla es la buttermilk, pero como ya os digo, se puede conseguir fácilmente en el Lidel, o por lo menos en el de Fuerteventura. 


Bueno, pues una vez que tenemos todos los ingredientes, vamos a proceder a hacer la masa y para ello empezaremos encendiendo el horno y precalentandolo a 170º. Los pasos a seguir son:
  1. Tamizamos la harina, el cacao en polvo, la levadura, el bicarbonato y la sal en un bol, y lo vamos a reservar par usar más adelante.
  2. En otro bol o recipiente, vamos a mezclar todos los ingredientes líquidos, la buttermilk, el colorante rojo, el vinagre, el extrato de vainilla y reservamos.
  3. Batimos con la ayuda de una batidora la mantequilla que debe estar a temperatura ambiente con el azúcar.
  4. Una vez que la mantequilla y el azúcar estén bien mezclados, pondremos los huevos, tambíen a temperatura ambiente de uno en uno, y una vez que el anterior se haya integrado bien.
  5. Para finalizar con la preparación de la masa vamos a añadir los ingredientes secos y líquidos que hemos reservado al principio. Para ello colocaremos los secos en tres veces y los líquidos en dos, empezando y terminando con los secos.
Ya tenemos nuestra masa preparada, tan solo nos queda que ponerla en un bol e introducirla en el horno. Bea, en su libro recomienda colocar la masa en tres moldes de 18 cm cada uno, de manera que nos salgan tres capas del mismo tamaño y grosor, y que se hornearán en unos 25 o 30 minutos, ¡comprobar siempre con el palillo!. Para que nos salgan los tres moldes con la misma cantidad, podemos pesar la masa y dividirla entre tres y así repartir de la forma más homogénea en los tres moldes.


Una vez que salen del horno, los dejamos reposar unos 15 minutos en el propio bol y después de pasado ese tiempo los desmoldamos y los dejamos boca abajo en una rejilla otros 45 minutos. Una vez estén fríos los envolvemos en papel film y lo metemos en la nevera. Estarán más ricos de un día para otro.

Y ahora a por el relleno, que además de estar muy rico le deja un corte precioso a la tarta, y para el que vamos a necesitar:

  • 125 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.
  • 270 gramos de queso Philadelphia de la nevera.
  • 500 gramos de azúcar glass tamizado.
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla incolora.


Su elaboración es muy sencilla y riquísima:
  1. Batir la mantequilla con el azucar glass hasta obtener una textura cremosa.
  2. Una vez batido añadimos el queso Philadelphia hasta que esté bien integrado.
  3. Finalmente añadimos el extracto de vainilla y mezclamos bien.
  4. Una vez listo lo dejamos reposar en la nevera una horita.

Ya tenemos todo listo, sólo nos queda el montaje, una capa de bizcocho y otra de relleno, para finalmente decorar como más os guste, en este caso yo escribí "Congratulations" y le puse unas floresitas, todo en color rojo, acorde con el color del bizcocho.




Y una vez terminada, no sólo es muy bonita, tanto en el exterior como en el corte, sino que además está deliciosa, tanto que como ya os dije, casi no hacemos fotos del corte porque no parábamos de comer, jejeje.









Bueno, pues para ir terminar os digo que se ha convertido en mi tarta favorita y que como dice el título de esta publicación, ¡volveré a hacerla!, ya estoy pensando en que mi tarta de cumple será un Red Velvet.

Espero que os guste tanto como a mi.

Besos, Yoly.

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